Exaltación de la Cruz
Hoy 14 de septiembre, día en que celebramos la Exaltación de la Cruz de Cristo, les mostramos uno de los altares que se encuentran en la Santa Iglesia Catedral y que está dedicado a la Cruz como símbolo de la fe y signo de salvación para el cristiano.
"La construcción de contrafuertes del crucero a que se vio obligado Hernán Ruiz II a partir de 1564 creó nuevos pilares paralelos a los de los arcos de Almanzor entre las naves 10 y 11 […] Más aún, el mismo maestro mayor preparó las hornacinas para que un día pudieran ser ocupadas por altares. Así, una de ellas fue otorgada en 1625 por el Cabildo al ministril –músico- Juan Chamizo Garrido. Su retablo está fabricado en piedra policromada imitando mármol. […] Consta de altos basamentos que enmarcan la mesa del altar y un cuerpo. Dos columnas robadas de capitel compuesto ciñen el nicho central de medio punto. Una cruz en piedra –sin Cristo, pero con el titulus crucis en hebreo, griego y latín- divide el espacio central en tres partes decoradas con pinturas. A ambos lados, las representaciones de San Acisclo y Santa Victoria, y en el medio punto, Nuestra Señora de Villaviciosa. Sobre este cuerpo, una ancha cornisa con dentellones y, rematando el conjunto, doble frontón coronado por el escudo del fundador, flanqueado por dos ángeles tenantes."
La cruz sin Cristo supone, en la iconografía, una evidente referencia a la Resurrección del Señor: representa no ya el instrumento de tortura, sino el símbolo de la salvación. Es el sentido de la inscripción en latín que recorre la parte baja del retablo –mihi autem absit gloriari nisi in cruce domini nostri Iesu Christi-, que puede traducirse así: que esté lejos de mí gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Se trata de una cita de la epístola de San Pablo a los Gálatas [Gal 6, 14]. Con ello, el devoto ministril de la Catedral –que afirma en su lápida, al pie de las gradas: mortis reminiscens, construxit viuus (acordándose de la muerte, lo construyó en vida)-, estaba expresando su fe –que es la fe de la Iglesia- en que la pasión y la cruz de Jesucristo nos ha traído la salvación. Es más: como afirma el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, aunque la salvación nos viene plenamente con la Cruz y la Resurrección, la vida entera de Cristo es misterio de salvación, porque todo lo que Jesús ha hecho, dicho y sufrido tenía como fin salvar al hombre caído y restablecerlo en su vocación de hijo de Dios [nº 101].
Texto: Jesús Daniel Alonso
Cita: Manuel Nieto (La Catedral de Córdoba)